Simó Cordomí i Carrera, nació en Olot en la segunda mitad del siglo XIX. Sabemos que obtuvo el título de arquitecto en 1895 y que comenzó a ejercer en su propio pueblo, con la reforma de la sede de L’Art Cristià (1899), el Museo dels Sants (1899), la reforma del Teatro Municipal (1902), y algunas torres del conjunto modernista del Paseo de Barcelona.
Cordomí comenzó a mostrar su talento con la construcción de Can Roig en la calle Freixenet de Camprodon (1900-1901) de estética modernista, y que hoy se encuentra en un estado de abandono absolutamente lamentable. La finca, a pesar de su mal estado, es calificada como chalet y declarada Bien Cultural de Interés Local. Sus impresionantes dimensiones y características permiten tratar la finca de palacio. Cordomí diseñó un edificio de aspecto grandioso donde combinó el modernismo en su variante neogótica como estilo básico, con una torre cuadrada principal que nos recuerda a algunas construcciones de la primera época de Puig y Cadafalch. La puerta principal del edificio (hoy desaparecida) de un gótico muy ornamental, estaba cubierta por una especie de logia de arcadas románicas coronadas por almenas. Todavía hoy se puede contemplar algún elemento de la riquísima decoración exterior, con piezas escultóricas en piedra, que nos permiten imaginar la magnificiéncia del conjunto. El interior de la finca está totalmente ruinoso, ya que la mayoría de los techos se han hundido a causa del deterioro. En Barcelona construyó la casa Tenas-Torres, en la calle Tamarit, 108.
En 1902 hizo el diseño de la Casa de la Ciudad o Ayuntamiento de Granollers, que se culminaría dos años más tarde, en 1904. La obra, situada frente la Porxada, se realizó a partir de una estructura preexistente donde se realizó una profunda reforma de carácter neogótico floreado, con una torre con reloj y un solemne y amplio balcón. Los elementos formales y de decoración, con esculturas de Josep M. Barnadas, dan al conjunto del edificio un carácter neogótico. La arquitectura de Cordomí y la escultura de Barnadas convierten, asociadas, paradigmas de dos de los anhelos del modernismo arquitectónico: la rehabilitación de preceptos arquitectónicos y estéticos medievales (especialmente en cuanto a la reforma de la fachada del Ayuntamiento), y la integración, casi de rigor, de un tipo de escultura que desborda el marco arquitectónico, dinámica y decorativa, pero no desligada de significación respecto a la funcionalidad de los edificios.
A partir de estas dos grandes obras, a Simón Cordomí sólo se le conocen algunos panteones modernistas en Barcelona, como el del Dr.. Robert (1904) levantado en el cementerio de Montjuïc, o de otras del cementerio de Sant Andreu. Cordomí también trabajó para la empresa constructora Ribas y Pradell, donde diseñó una serie de casas y chalets desmontables hechas con madera, mayoritariamente, e hierro, que iban destinadas a la colonia española de Fernando Poo, actual Guinea Ecuatorial, y en zonas de humedales como el Empordà.
– Fuente: http://in.directe.cat/joan-camp/blog/5735/lajuntament-de-granollers – Joan Camp (traducido)