Edificio construido en 1860, instalándose en los bajos la tienda hacia 1870. Pasaron unas décadas y ante el auge que iba tomando el negocio, el propietario decidió reformar y ampliar la tienda de una forma dràstica, para ello, en 1922 contrató los servicios de uno de los decoradores más prestigiosos de la época: Vilaró i Valls, que la diseñó en un estilo modernista inconfundible.
Destaca por los elementos de madera trabajada de la fachada con unos plafones representando la cabeza de un indio y otros con flores estilizadas que se prolongan hasta su base en forma de cruz, así como los carteles de vidrio pintado con grafia modernista y decoraciones florales. En el interior encontramos un gran véstíbulo rodeado por escaparates de madera y cristal y un techo con dos lámparas de metal y cristal tallado y esmerilado. Desde este vestíbulo se accede a la tienda a través de unas puertas con tiradores de metal y formas coup de fouet.
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