En el sitio de un viejo caserón de la calle Duran i Bas se construyó en los años 1919 a 1923 el primer edificio para la sede del Fomento de la Piedad Catalana. Este edificio consta de planta baja y tres pisos y una vez terminado se vio la necesidad de hacer una ampliación, incorporando el solar del edificio de al lado los años 1928 al 1940, con el paréntesis de la guerra civil.
Ambos edificios los proyectó Joan Rubió i Bellver siguiendo el estilo neogótico. La fachada fue trabajada con grandes sillares de piedra de Montjuïc y también se reutilizaron elementos arquitectónicos preexistentes románicos y góticos.
El segundo edificio, que recuerda un castillo medieval con su torre almenada, se entras por una puerta que da acceso a un patio central con un gran mosaico decorado con una estrella de ocho puntas. A la izquierda dispone de una gran escalinata de piedra que nos lleva al piso principal, donde se encuentran la capilla, el salón de actos, una sala de conferencias y varios despachos.
La capilla es una joya arquitectónica y decorativa que muestra una clara reminiscencia modernista. Es de estructura de planta rectangular, presidida por el altar mayor y dos capillas laterales en el crucero, con una cúpula central de base octogonal. Los muros, las nervaduras del techo, los arcos y las ménsulas están ornamentados con pintura decorativa de un gran preciosismo y motivos florales, geométricos, animalísticos y hagiográficos de vistosos colores y dorados, con unas elegantes líneas modernistes. En el altar mayor destaca el Cristo, obra del escultor Josep Llimona y, a ambos lados, las esculturas de la Virgen y de San Juan, obra de Josep Maria Camps i Arnau. En los laterales hay dos altares, situados en el testero del crucero, dedicados a la Virgen de Montserrat y Santa Teresa de Jesús Niño. Todas las aberturas están decoradas con vitrales policromados con esmaltes y grisalla. También es de destacar la gran lámpara central de madera con pantallas de vidrio, de cuatro metros de diámetro por seis de altura.
En el primer edificio se puede acceder por el mismo patio central, que está comunicado por un suelo también de mosaico artísticamente decorado y una escalera principal con barandilla con medallones representando los apóstoles, excepto San Pedro y San Pablo que están de cuerpo entero. Las fachadas interiores están profusamente decoradas con pinturas al fresco de Dàrius Vilàs, recreando varias escenas evangélicas. La planta baja de este edificio lo ocupa la Librería Balmes. En el piso principal está la Sala de Juntas y las dependencias de la Obra de Ejercicios Parroquiales. El primer piso acoge la residencia del administrador de la casa. En el segundo piso se encuentra la Editorial Balmes, así como las habitaciones para el conserje y su familia.
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