La casa Emilio Bové, también conocida como can Puig o como “la casa de la bomba”. Es un edificio que hace esquina entre las calles Gran de Sant Andreu y Sòcrates, construido en 1909, por el maestro de obras Joaquim Rivera i Cuadreny. Compuesto por planta baja y dos pisos con la fachada principal estrecha y la lateral alargada. En la planta baja dispone de dos aberturas en esquina, del establecimiento que da el segundo nombre de la casa. Presenta un gran balcón continuado en la esquina del primer piso, con barandilla de hierro forjado y las aberturas enmarcadas con elementos decorativos en relieve con motivos florales. La fachada simula sillares rectangulares pintados de amarillo. El edificio finaliza con un doble coronamiento de líneas sinuosas y esgrafiados florales.
Como elemento curioso es de señalar la existencia de una bomba incrustada en la fachada (en la esquina del primer piso), motivo del tercer nombre por el que también es conocida la casa. Más información en Preguntas Frecuentes.
– Fuentes:
. Pobles de Catalunya: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=10535
. El Punt Avui: https://www.elpuntavui.cat/societat/article/5-societat/2296828-emblematics-els-comercos-que-donen-personalitat.html
. La Vanguardia: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20141105/54418931947/una-bomba-en-casa.html
Un edificio modernista de la calle Gran de Sant Andreu, 147 con Sócrates, 2 exhibe en su fachada la carcasa de una bomba que impactó sin explotar lanzada un ya lejano 22 de septiembre de 1843. La granada fue una de las muchas con las que el brigadier Joan Prim ordenó bombardear el entonces municipio independiente para reprimir uno de los focos de la revuelta popular conocida como la “Jamancia”.
El militar reusense había sido nombrado gobernador de Barcelona para que sofocara la revuelta. Prim se enfrentó a los insurrectos en Barcelona, pero tuvo que huir. Se parapetó con sus tropas en las afueras de Sant Andreu, junto a la riera de Horta y decidió sofocar a cañonazos la revuelta en el antiguo municipio. Fue ahí donde pronunció su célebre frase “faixa o caixa”. Es decir, o con aquella acción conseguía la “faja” de general o la “caja” para su entierro. Consiguió la faja, pues Prim sofocó la revuelta en Sant Andreu y posteriormente la aplastó por completo en todo el territorio.
Una de las bombas impactó de lleno en la casa de la esquina de las actuales calles Gran de Sant Andreu con Sócrates, destruyendo casi por completo el edificio. Por fortuna no estalló, por lo que su propietario decidió guardarla y cuando se reformó el edificio la incorporó a la fachada, donde aún permanece.
Gracias a la amabilidad de Próspero Puig, propietario de la tocinería Puig (establecimiento emblemático), ha sido posible fotografiar y publicar su interior.
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