Edificio entre medianeras, construido en una parcela muy estrecha, con fachada simétrica de planta baja y cinco pisos, con dos aberturas por planta. A pesar de su estrechez, Eusebi Climent le supo sacar partido en base a una cuidada decoración, especialmente en la facha con esgrafiado floral, la barandilla de piedra calada con motivos florales del principal y de hierro fundido en el resto. Todos los pisos muestran, entre las aberturas, un medallón romboidal. El del piso principal figura un grifo sosteniendo el escudo de Catalunya, dándole un aire heráldico y en el resto de pisos, en el centro del rombo figura una flor, excepto el último que carece de esta decoración (desconozco si ya era así en origen o fue suprimido posteriormente). Destacan también los dinteles de las aberturas, esculpidos con motivos florales y la puerta de madera cincelada, con una reja en la parte superior. Corona el edificio una cornisa, soportada por ménsulas, y las barandillas de piedra calada de la azotea.
El vestíbulo luce muy decorado, con las paredes esgrafiadas que enmarcan sendos cuadros románticos, con cenefa superior de yeserías florales y una pintura en el techo con flores violetas pintadas, con unos sinuosos tallos con forma de “coup de fouet”. Una cancela con un óculo central, separa el vestíbulo de la escalera, mostrando ésta un pilar de arranque de mármol, arrimadero con esgrafiado floral estilizado y barandillas de hierro fundido.
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