Pere Falqués participó en numerosos concursos, entre ellos los de la Exposición Universal de 1888. Para este, le adjudicaron el diseño y la construcción de los Palacios de las Industrias y el de la Agricultura. También ganó el concurso para las farolas que se tenían que instalar en el Saló de Sant Joan (actual Paseo de Lluís Companys), al igual que la balaustrada que debía delimitar este salón que lo recorre en toda su longitud y lo diferencian de las calzadas destinadas al tráfico rodado. La decoración está formada por jarrones y formas lanceoladas de fundición que coronan la balaustrada. Los jarrones presentan formas florales, animales mitológicos y unos curiosos caracoles. La fundición la realizó «Fundiciones de Hierro Colomer, S.A.« de Barberà del Vallès.
A los faroles optó por darles una doble función, la de farola-banco. Para ello, los dividió en dos partes, la parte inferior de piedra que formaría el banco y desde donde se levantaría una peana en el capitel de la que arrancaría el hierro forjado que sustentaría los dos faroles. Falqués encargó los trabajos de hierro forjado a su cuñado Manuel Ballarín.
La distribución y cantidad de farolas que podemos ver en la actualidad no es la misma que había una vez acabada la Exposición Universal. En aquella época se fueron construyendo progresivamente, hasta llegar a un total de 12 farolas. Hacia finales de los 90 el Ayuntamiento llevó a cabo la rehabilitación y reconstrucción de las mismas, modernizando a nivel eléctrico, y añadiendo 8 más a las 12 ya existentes, situándose 10 farolas por banda a lo largo de todo el paseo. Como curiosidad decir que el hierro forjado de las farolas, originalmente estaba pintado de color granate, muy similar al de las otras farolas que diseñó Falqués.
