Interior: Por la puerta principal se accede a una gran escalera que centraliza y ordena el espacio, siguiendo las líneas constructivas de los palacios góticos catalanes. Ésta se encuentra situada en la parte central del edificio formando un patio cubierto por una claraboya.
La fachada interior del patio central está dividida en tres pisos. En la parte inferior encontramos una muestra de arco rebajado y la escalera de acceso al primer piso. Ésta es de dos tramos y está hecha de piedra con balaustres en la barandilla de este mismo material.
El primer piso responde a un proyecto neorrománico, destaca la galería de ventanas de arco de medio punto que descansan sobre pilares con molduras de piedra pintadas de color rosado. En el interior de éstas hay dos ventanas más pequeñas, con el mismo tipo de arco, y con un círculo entre ellas situado en la parte superior.
En el último tramo de fachada interior se encuentra otra galería de ventanas de arco de medio punto, más pequeñas que las del primer piso, y separadas por tramos de pared. Éstas están divididas por una cruz en su interior y la moldura del arco se apoya sobre una pequeña ménsula.
En el techo del patio central hay una claraboya de 3,60 x 3,80 metros que aporta iluminación natural en este espacio.
. Salón de Plenos: Entre febrero y agosto de 1915 el pintor Ricard Clausells trabajó en la decoración mural del techo del Salón de Sesiones. Lo hizo con un estilo decorativista y vistoso y con una factura muy cuidada. Los muebles de la sala los diseñó Eugeni Campllonch y fueron realizados con madera de nogal por Jaume Mercader
La parte central está ornamentada con escenas que hacen alusión al trabajo de la tierra – cereales y vid – y a la elaboración del vino. Rodeando esta parte central hay una faja o cenefa donde se reparten simétricamente seis paneles con pequeños paisajes con temas diferentes: la electricidad, los cazadores, los pescadores, el molino de viento, el molino de agua y la colmena de abejas. Es decir, como el hombre aprovecha los recursos de la naturaleza. En definitiva, para adaptarse al medio, subsistir y progresar.
En la cabecera se puede ver una escena que representa los tres pilares que debían sustentar la política del ayuntamiento: la religión, la justicia y la cultura.
