Francesc Paixà promovió muchas casas, cuatro modernistas en el Eixample barcelonés. Estos edificios los encargó al arquitecto Adolf Ruiz i Casamitjana.
La casa de la calle Casanova está construida entre medianeras y consta de planta baja, entresuelo y cinco pisos. El portal de vecinos es de gran altura, abarcando la planta baja y el entresuelo, teniendo a cada lado un establecimiento y un balcón individual. La fachada es simétrica con tres aberturas con planta, siendo los balcones corridos en el principal y en la última planta e individuales en los pisos intermedios.
Destaca el gran portal con arco trebolado rebajado, con una forma vegetal en la parte superior, que hace las funciones de ménsula del balcón, los dinteles de las aberturas y la cornisa superior con decoración floral en relieve y las barandillas y rejas de hierro forjado.
Se accede al interior por un vestíbulo dividido en dos zonas por una puerta-cristalera. La primera zona cuenta con arrimaderos de mármol decorado con guirnaldas; las paredes están decoradas con esgrafiados repetitivos de una flor esquematizada y enmarcadas por cenefas vegetales. Un gran cuadro romántico ocupa todo el techo de esta zona.
La puerta de madera contiene, en los laterales y en la parte superior, una gran cristalera compuesta por cristales de colores con motivos florales y en las dos hojas el centrales los cristales, también con motivos vegetales, están realizados al ácido. Esta puerta da acceso a la escalera, que arranca con un pilar de hierro fundido y barandillas del mismo material. Los techos de la escalera están decorados con esgrafiados florales. Cada rellano cuenta con dos puertas de vecinos, de madera y elementos de metal.
