Domingo Boada, que en obras anteriores había cultivado las formas clasicistas de la arquitectura decimonónica, en este edificio se suma de manera decidida al modernismo floral y abarrocado puesto en boga en la primera década de nuestro siglo. Incorporando los típicos balcones de planta trilobulada, los arcos de herradura y la tribuna escultórica de cristaleras policromadas.
Edificación de planta baja y cinco plantas. La fachada es la parte más representativa de este estilo recargado y voluble. El paramento es de sillares abujardados de juntas ligeramente hundidas y en los límites con las medianeras forma unas cenefas verticales de hojas y flores entrelazadas en relieve. En el último piso el dibujo se detiene para formar paramentos lisos delimitados por unas pilastras de fuste retorcido que se prolongan en forma de florones por encima de los antepechos de la azotea.
Los trabajos de forja, la carpintería y las cristaleras policromadas de la tribuna incorporan, también, el repertorio floral de la fachada.
El vestíbulo tiene un sencillo pasamanos revestido de cerámicas rectangulares biseladas blancas y rosas, que sirve de base a una vuelta de arco de herradura decorada con esgrafiados. Esta forma se refleja en la fachada, rodeando la puerta principal.
– Fuente: Arquitectura Modernista en Catalunya – Guias de Arquitectura– R.Lacuesta / A. González – Edit. Gustavo Gili
Aquest edifici també es cogut com a Casa R. Sala.
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