La farmacia de la Estrella la fundó el doctor Pascual en 1840, y la regentó durante unos cuantos años hasta que la traspasó y así fue cambiando de propietarios, pasando por la familia Carrasco i Formiguera, el doctor J. Escrivà, hasta que en 1953 la compró Cales Mallol Balmaña, que la mantuvo hasta su jubilación en 2010.
El establecimiento tiene una fachada principal de dos pisos en la calle Ferran y otra lateral en la planta baja que da a la calle Aroles y queda bajo el túnel existente en ese lugar. La fachada principal está compuesta, en la planta baja, por dos escaparates laterales, la puerta de acceso y los carteles con la rotulación del negocio, firmados por F.Gómez de la calle del Carme, 79 de Barcelona, en la primera planta y a cada lado del balcón cobran protagonismo los símbolos de la farmacia (la cruz y la copa de Higea con la serpiente enroscada), firmados por R. Vendrell de la calle Casanova, 35 de Barcelona . Todo el conjunto está enmarcado en madera cincelada y decorada. La fachada lateral está compuesta por una gran ventana, dos paneles laterales y la rotulación superior, todo ello realizado como en la fachada principal.
Las paredes del interior están cubiertas con estanterías y armarios de madera, así como el mostrador y el techo. Destacan especialmente los dos plafones de cerámica vidriada con motivos florales, muy del estilo modernista, colocados uno en el arco de separación con la trastienda y el otro en lo alto de la estantería lateral, realizados por los vidrieros hermanos Maumejean de San Sebastián . En el suelo, en el centro, vemos un valioso mosaico de pavimento hidráulico con motivos florales y geométricos.
Al adquirir la farmàcia, l'any 2010, la nova propietat va realitzar una reforma bastant radical que va provocar una important polèmica.
Gràcies a l'amabilitat de l'anterior propietari Carles Mallol Balmaña i al personal de l'actual Farmàcia de l'Estrella, ha estat possible fotografiar i mostrar el seu interior
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