Sobre la escalinata se sitúa la Sala Hipóstila o Sala de las Cien Columnas, que sirve de soporte a la plaza superior. Construida entre 1907 y 1909, esta sala fue pensada para funcionar como mercado para el barrio residencial que Gaudí estaba creando, pero actualmente no cumple tal función y sólo la utilizan algunos músicos para disfrute de los turistas por la buena acústica que ofrece.
Está compuesta por 86 columnas estriadas, de 6 metros de alto y 1,20 de diámetro; confeccionadas de mortero y escombro simulando mármol, tienen revestimiento de “trencadís” hasta una altura de 1,80 m. Las columnas exteriores están ligeramente inclinadas para lograr un mejor equilibrio estructural. Son de orden dórico, aunque de ábaco octogonal en vez de cuadrado, parecidas a estalagmitas gigantes en una cueva. El techo está confeccionado con bóvedas semiesféricas revestidas con “trencadís” blanco, entre cuyos espacios se sitúan 4 plafones circulares (rosetas), que representan las cuatro estaciones del año, con dibujos de soleslunar, con dibujos de remolinos y espirales. Los plafones fueron obra de Jujol, el colaborador de Gaudí con más fantasía creativa. Hay 4 plafones de 20 puntas representando las 4 estaciones, y 14 más pequeños que representan el ciclo lunar.