La burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX y hasta el siglo XX, enriquecida por la revolución industrial, vive de una forma lujosa, con todo tipo de elementos propios de su clase, como coches, casas con un alto nivel de decoración, entretenimientos glamurosos y culturales, vestidos de última moda y en especial el recreo en la casa como segunda residencia para pasar el verano, en un lugar fresco y cerca de la gran ciudad. Esto propició la construcción de colonias y casas, pensadas para este fin, en algunas poblaciones del llano de Barcelona, como la antigua población de Horta.
En Horta se construyeron muchas casas para veraneantes, coincidiendo con el momento estilístico del modernismo, en las tierras de Can Mariner, que comprende las casas de las calles de Chapí y de la Rectoria. En esta última calle encontramos una hilera de casas, los números 11, 15, 17 y 19, donde las tres primeras son muy parecidas, de una sola planta, con jardín delante y con fachadas con soluciones ornamentales muy similares, todas ellas con remates y molduras de motivos vegetales. La casa del número 19 aprovecha la situación de hacer esquina con la calle de Eduard Toda, para darle forma de L, donde el palo corto es de una planta y el largo de dos y detrás una alta torrecilla. Son de destacar los forjados de las rejas y del porche, así como las almenas de la azotea.
– Fuente: Libro: Horta – Estueig i modernisme des de final de segle XIX, de Carlota Giménez i Compte. Editado por el Ayuntamiento de Barcelona
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