Lluís Domènech compró en 1887 una casa vecina a la masía Rocosa, donde la familia veraneaba, y la anexionó a la misma uniendo los dos patios. Este mayor espacio permitió destinar la casa recién adquirida a vivienda familiar y la antigua masía Rocosa a estudio del arquitecto.
La nueva casa de los Domènech era en realidad una antigua construcción del siglo XVIII, típica de pueblo, que contaba con planta baja y piso y situada en el chaflán que forma la conjunción de las dos rieras mayores de Canet.
En 1917 Domènech decidió reformar íntegramente la casa motivado por las necesidades de su mujer, con movilidad reducida, el aumento de los miembros de la familia y la expectativa de pasar más tiempo trabajando desde Canet de Mar. El 20 de febrero de 1918 solicitó la licencia de obras en las que se especificaba la reforma y reconstrucción de la casa y añadiendo un piso más de altura. La ejecución de la obra la encargó al experimentado maestro de obras José Cabruja, del propio Canet de Mar.
La fachada se reformó íntegramente. En la que da a la Riera Gavarra, tapiando las aberturas existentes y creando nuevas con dinteles arqueados en la planta baja, ajimeces en el primer piso y una original barandilla de ladrillo visto en la terraza de atrás. En la fachada de la Riera Buscarons realiza una gran balaustrada corrida de piedra y la puerta de entrada de la vivienda. Aprovechando la visibilidad del chaflán, Domènech incorporó una imponente tribuna de estilo gótico con arcos trilobulados con decoración floral y gárgolas con seres mitológicos, todo ello coronado por un tímpano liso enmarcado por ladrillo visto. Debajo de la tribuna abre una segunda entrada con una pequeña escalera. El segundo piso añadido está resuelto mediante una serie de ventanas con arcos escarzanos y trilobulados de obra vista que forman un friso, donde incorpora cerámica floral bicolor de la fábrica Pujol i Bausis.
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A modo de conclusión, cabe decir que la Casa Domènech es una obra tardía del modernismo catalán y por tanto, hay que entenderla en el contexto en que se construyó. Lluís Domènech ya había dejado desde hacía años la arquitectura y retoma la actividad, ayudado por su hijo Pedro y su yerno Francisco Guardia, con un proyecto que no va más allá de satisfacer las necesidades familiares.
Lluís Domènech i Montaner integra en el proyecto decorativo detalles de escultura, ebanistería, cristalería y cerámica, que expresan, una vez más, su idea de la división del trabajo, y que hacen de la sencillez de la casa Domènech una obra de arte total.
– Fuente: Artículo de Carles Sàiz Xiqués, historiador, docenet y editor, en la revista El Sot de l’Aubó, núm. 35 del año 2011 – Enlace: http://www.raco.cat/index.php/SotAubo/article/view/243423/326357
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Agradecimientos
Gràcies a l'amabilitat i professionalitat del personal de la Casa Museu Lluís Domènech i Montaner, he conegut els detalls del mateix i ha estat possible realitzar les fotografies del seu interior.
Recomano la visita personal al Museu on rebran una acurada atenció i podran apreciar el Museu al complet.
