La historia de Can Casas comienza hacia mediados del siglo XIX, cuando Josep Casas Sagristà, natural de Xàtiva, compra una casa del pueblo del Bruc, la llamada después “casa vieja”, en la que había instalada una posada donde solía detenerse a pernoctar cuando viajaba hacia Barcelona. La familia compró la casa para pasar algunas temporadas de reposo o para supervisar la explotación de sus fincas. Los Casas habían ido adquiriendo, desde principios del siglo XIX, tierras en el Bruc para dedicarlas a la viña, fue un hijo de Casas Sagristà, Josep Casas i Chocomeli, ingeniero industrial especializado en la elaboración de vinos, quien decidió construir en el Bruc un edificio de mayores dimensiones, para que la familia pudiera disfrutar de una residencia mejor para pasar temporadas largas. El proyecto de ampliación de la “casa vieja” fue encargado al arquitecto Cristóbal Cascante i Colom, natural de Esparreguera. El nuevo edificio debía ir adosado a la antigua posada y debía dar cabida a la vivienda y a la bodega. Crìstóbal Cascante empezó a trabajar en el proyecto en 1888. Concibió Can Casas según una línea ecléctica, con elementos goticizantes, mezclados con otros puramente decorativos que le acercan al Modernismo. Cascante plantea un edificio de planta rectangular, utilizando materiales que se repiten: mampostería rebozada en los muros y ladrillo en aberturas, pilastras, ménsulas, barandillas, etc. Además, utiliza la cerámica vidriada en sobre-dinteles, cabeceros, cornisas y decoración interior. También diseñó sus puertas, la chimenea y algunos muebles. Desde el punto de vista constructivo, los elementos más interesantes que introdujo son la estructura de la cubierta de la buhardilla, un ingenioso trabajo casi artesanal, y la estructura de cubrición de la bodega, con un peculiar sistema de tirantes de las jácenas.
El 12 de julio de 1889, cuando aún no tenía treinta y nueve años, Cascante murió. El edificio de Can Casas todavía no estaba del todo terminado. La fachada posterior, que conecta con la “casa vieja”, quedó interrumpida y nunca se acabó.
Josep M. Casas de Müller, uno de los hijos de Casas Chocomeli, fue quien más se dedicó a la explotación del negocio de los viñedos, por eso Can Casas era también conocida con el nombre de “Cellers Müller”. Habitó la casa durante más de sesenta años y la mantuvo en buenas condiciones. Los cambios que hizo afectaron tan sólo a la decoración de las fachadas: tuvo que sacar algunos de los aplacados de cerámica pintada que ornamentaban las cornisas superiores, ya que se desprendían fácilmente de las paredes y, aunque durante algunos años se fueron reponiendo, al fin decidió eliminarlos. Por este motivo, sólo se han conservado las cerámicas que adornan las aberturas y el friso de la planta baja.
– Fuentes:
. Diba.cat: https://www.diba.cat/documents/429042/66944702/19_Can+Casas_El+Bruc.pdf/0fc14011-9ddc-45bd-9d0e-14f0f891d3f4
. Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya. Direcció General del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya: http://invarquit.cultura.gencat.cat/Cerca/Fitxa?index=4707&consulta=MCUyKzA4MjE5MSU=&codi=4047
Protección: BCIL
Nº. Registro / Catálogo: 1618-I
Disposición: Aprobación definitiva comisión urbanismo
Fecha Disposición: 20/06/1990
Publicación: DOGC
Fecha publicación: 15/10/1990
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