Manuel Joaquim Raspall i Mayol (Barcelona, 24 de mayo de 1877 – La Garriga, 15 de septiembre de 1937) fue un arquitecto modernista y novecentista catalán.
Arquitecto de un modernismo tardío, no llegó a tener la fama de sus predecesores y maestros Domènech i Montaner o Puig i Cadafalch que habían disfrutado del interés de las grandes fortunas y los mecenas entre sus clientes. Sin embargo, Raspall supo adaptarse a un tiempo cambiante y su obra va del modernismo al novecentismo para acabar en un déco incipiente, construyendo lo que tocaba en cada momento y evolucionando de estilo y de tipo de edificación. La mayor parte de sus obras se concentran entre Barcelona y el Vallès Oriental. Las obras en La Garriga y Cardedeu, hoy consideradas Bien Cultural de Interés Nacional, estuvieron a punto de caer bajo las excavadoras en los años 70. De hecho, casi un 60% de los más de 760 proyectos firmados han desaparecido. Raspall, además, actuó como urbanista, ya que fue arquitecto municipal de L’Ametlla del Vallès, La Garriga, Caldes de Montbui y Granollers en un período de crecimiento que forzó a estos municipios a desarrollar un planeamiento urbanístico, vigente hasta los años 80.
Personalmente, fue una persona abierta a la colaboración y comprometida con las actividades socio-culturales de su entorno vallesano, escribiendo en la prensa local, participando en tertulias intelectuales u organizando fiestas y congresos en un ambiente de políticos, músicos y escritores que venían a La Garriga atraídos por la nueva moda de la burguesía de principios de siglo XX.
Arquitecto
La reforma integral de la casa de su madre fue su primera obra, en 1903, antes incluso de acabar la carrera. Es su única obra neogótica y mantiene semejanzas a «Els Quatre Gats» de Josep Puig i Cadafalch.
El fenómeno social del veraneo que caracterizó el Vallès Oriental a principios del siglo XX coincide de lleno con la actividad de Raspall, que orientará una parte de su obra en casas jardín para veraneantes, principalmente de Barcelona, ubicadas en esta comarca. Con todo, su condición de arquitecto municipal le permitió construir obras civiles como los lavaderos municipales y la fuente en la Garriga o el ayuntamiento de L’Ametlla del Vallès. La fuerte actividad constructiva de las clases acomodadas que adoptan el modernismo, también es seguida por clientes locales de la Garriga y Cardedeu que construyen mansiones para uso personal o para ser alquiladas a los recién llegados. Con todo, también encontramos en su obra viviendas más sencillas, especialmente en la última época, donde su influencia sólo se aprecia a los elementos decorativos de la fachada.
Su interés por el teatro también llegó a sus construcciones al ser un hombre preocupado por los aspectos culturales. En Barcelona construyó El Molino, el teatro Balear, el teatro Cómico, el Gran Vía y la España.
Raspall, encuadrado en la segunda generación de arquitectos modernistas, es uno de los que más trabajó a lo largo de casi treinta años de profesión, con más de 760 intervenciones documentadas.A pesar de que se le conoce como un arquitecto modernista, el conjunto de su obra evolucionó desde la estética modernista (1903-1914) en la novecentista (1914-1926) y, finalmente la déco (a partir de 1926).
Período Modernista (1903-1914)
Incorpora las impostas de cerámica con doble filete, los dinteles curvados, el «trencadís», el mosaico y los esgrafiados. Otro elemento característico de esta etapa es la ornamentación con aplacados de obra, representante cintas y florones.
La forja tiene un papel fundamental en barandillas rejas y portones con la forma del latigazo, característica de los edificios modernistas.
Con un modernismo sin estridencias destacan los hastiales y las chimeneas como piezas más decoradas. En los esgrafiados, habitualmente sobrios con excepciones como la Casa Viader, Raspall da un papel importante en el color. Cada casa tiene una tonalidad específica. Este aspecto resalta de forma singular en la manzana Raspall de La Garriga donde encontramos cuatro de las mejores obras cada una con un color propio que, más allá del esgrafiado, aparece en la cerámica, las vallas del jardín y las ventanas, imprimiendo una personalidad singular.
Cuando no utiliza esgrafiados, opta por la piedra desnuda, con semejanza a los muros de las masías de la zona. En L’Ametlla del Vallès encontramos algunas de las obras más genuinas de este período (el café del Dr. Bassa, Cal Barber), sí bien las casas-jardín modernistas más espectaculares son las de La Garriga (manzana Raspall, casas de Juan Colón, ..) y Cardedeu (Alquería Cloelia, Casa Viader ,..).
Destacan también el diseño de las ventanas pseudo-geminadas unidas por la parte curva, rompiendo los cánones arquitectónicos más básicos
– Fuente:
. Viquipèdia: https://ca.wikipedia.org/wiki/Manuel_Joaquim_Raspall_i_Mayol
