En el exterior nos encontramos con una fachada principal de factura muy sobria, construida en piedra de color gris claro procedente de las canteras del conde en Garraf (a unos 30 kilómetros al sur de Barcelona). Gaudí puso todo su esfuerzo en esta obra, ya que era su primer encargo importante. Llegó a idear hasta 25 soluciones diferentes para el diseño de la fachada. Para este proyecto contó con la colaboración de Francesc Berenguer, uno de sus más fieles ayudantes.
Siendo la calle tan poco ancha, resulta difícil observar la fachada en su totalidad. Sin embargo, Gaudí diseñó una entrada monumental con dos magníficas puertas de arcos parabólicos y rejas caladas de hierro forjado, ornamentadas con el escudo de Catalunya y un yelmo con un dragón alado, obra de Juan Oñós. La entrada tiene unas dimensiones impresionantes, pensadas para que los visitantes pudieran acceder montados en sus caballos, o bien en sus carruajes.En la primera planta una tribuna corrida abarca casi toda la anchura del edificio.
En plantas superiores la fachada se hace plana y culmina con unos pequeños frontones triangulares de borde escalonado sobre los que se sitúan los extremos cónicos de chimeneas y respiraderos.